miércoles, 25 de abril de 2012

La fuga de Segovia (1981)


Los primeros años de la transición y de la democracia en España trajeron consigo los inevitables y esperados cambios sociales, políticos y culturales que permitieron disfrutar de una mayor libertad en la exposición de pensamientos individuales o colectivos dentro de un país hasta entonces controlado por las ideas de un régimen de carácter dictatorial. La constitución aprobada en 1978 protegía la libertad de expresión que la gran mayoría deseaba, la misma que afectó a todos los ámbitos sociales, entre ellos el cine, donde se produjeron películas que anteriormente serían impensables, como las denominadas cine de destape, un intento por romper con la represión sexual dominante en la sociedad española, o el cine político, dentro del cual los directores pudieron exponer puntos de vista hasta ese instante censurados. Imanol Uribe fue uno de esos realizadores que se benefició del cambio que se produjo en el país, aprovechando la libertad que permitía el nuevo sistema democrático para realizar tres films con los que pretendería analizar la problemática surgida en el País Vasco: El proceso de Burgos (1979) un documental sobre los inicios de la banda armada E.T.A., La fuga de Segovia (1981) y La muerte de Mikel (1983) centrada en un joven homosexual perteneciente a un grupo abertzale. La fuga de Segovia, su segunda película, recrea un hecho real que se desarrolla mediante los flashbacks que se producen como consecuencia de la entrevista que una periodista mantiene con uno de los evadidos del penal castellano; Ion (Xavier Elorriaga) cuenta, con todo detalle, los preparativos y los hechos que se producen antes de la fuga, como también explica los momentos posteriores a la huida. La estancia en la cárcel muestra a un grupo de presos, sus costumbres y su vida en común, paseando o jugando por el patio, cocinando su propia comida, charlando en euskera o agujereando una pared, mientras otros compañeros disimulan el ruido con otros más fuertes, en un intento de que los celadores no puedan confirmar sus sospechas hasta que ya sea demasiado tarde. La parte final de La fuga de Segovia sigue a la treintena de evadidos que escapan por el túnel y suben al camión que les aguarda, y en cuyo interior viajan hasta trasladarse o otro más seguro con el que pretenden llegar al punto de encuentro, pero los planes no salen como habían esperado y se ven obligados a desperdigarse, mientras los cuerpos de seguridad del Estado emprenden su busca y captura. En un momento de la entrevista, la periodista pregunta si habían pensado en una amnistía; Ion dice que sí, pero que ésta no se produjo; sin embargo, sus palabras finales corroboran que todos los participantes detenidos durante la escapada fueron puestos en libertad en una amnistía general pocos meses después de la fuga. La muerte de Franco se había producido poco antes de la evasión, hecho que confirmaba el final de una mala época y el nacimiento de un sistema más justo, que defendería las libertades individuales y colectivas, aunque algunos no lo entenderían así.

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