domingo, 15 de julio de 2012

Scarface, el terror del hampa (1932)


El gangsterismo en el cine surge como consecuencia de la crisis económica y social de finales de la década de 1920, que se prolonga durante la siguiente, con la intención de denunciar el malestar en el que vive la sociedad estadounidense. Para ello, se opta por centrarse en la figura del gángster que aparece durante la ley seca. De ese modo, hacia finales del periodo silente, se filman los primeros acercamientos al corrupto y violento mundo del hampa —La ley del hampa (Underworld, Josef von Sternberg, 1927) La horda (The Racket, Lewis Milestone, 1928)—, pero su asentamiento definitivo se produce con la entrada del sonoro, cuando la figura del gángster adquiere relevancia dentro de las productoras hollywoodienses (sobre todo la Warner Bros.), donde se realizan las míticas Hampa dorada (Little Caesar, Mervyn LeRoy, 1931)El enemigo público (Public Enemy, William A. Wellman, 1931) Scarface, el terror del hampa (Scarface, Howard Hawks, 1932), todas ellas excelentes aproximaciones al enemigo público que asciende hasta la cima del crimen, desde donde se produce su inevitable caída. Además, estas tres producciones tienen en común que su personaje principal se inspira en la figura de Alfonso Capone, siendo Tony Camonte (Paul Muni), conocido como Caracortada, su imagen cinematográfica en Scarface. Camonte es un tipo sin escrúpulos que no duda en matar a su jefe para escalar posiciones dentro del hampa, nacida del contrabando del alcohol y protegida por la corrupción y la ineficacia de las fuerzas del orden. Gracias a su crimen,Tony se convierte en la mano derecha del nuevo pez gordo de la zona sur, Johnny Lovo (Osgood Perkins), aunque no pretende acatar sus órdenes, y actúa por cuenta propia para deshacerse del jefe de la zona norte, iniciando de este modo una guerra entre bandas. El pensamiento de Tony gira alrededor de la frase que alumbra el neón que observa desde la ventana de su casa, en el que se lee: <<el mundo es tuyo>>, obsesión que arraiga en él y que provoca que todo cuanto haga conlleve muerte y destrucción. El posicionamiento de Howard Hawks es claro al respecto de su personaje, como se explica al principio del film, cuando se habla de la necesidad de luchar contra los tipos como Tony, hombres que crean la inseguridad en las calles, sin importar el precio que los inocentes tengan que pagar por la ambición que les domina. Tony no tiene amigos, a pesar de la compañía de Angelo (Vince Barnett), su secretario, y de Rinaldo (George Raft), su brazo ejecutor. Su falta de éxito en las relaciones personales, ya sea con su familia o con las mujeres, encuentra una explicación en su manera de ser y de comportarse, ya que lo quiere todo, y no es capaz de compartir sus emociones ni de permitir que otros se adelanten a sus intenciones, de modo que destruye a los demás, antes de que éstos puedan destruirle a él. Su filosofía de golpea primero y sigue golpeando parece funcionar, pues no tarda en convertirse en el terror del hampa, cuando se deshace de Johnny Lovo, quien, asustado ante la amenaza que significa su segundo, atenta sin éxito contra la vida de Tony, que sale ileso y con la firme intención de dar muerte a quien ha ordenado su muerte. Tony no tiene rival, ni en la banda enemiga liderada por Gaffney (Boris Karloff), ni en el cuerpo del policía, encabezado por Guarino (C. Henry Gordon), que nada puede hacer para detenerle; su único enemigo es él mismo, su desequilibrio y su violencia, así como su enorme ego que le lleva a sentir satisfacción cuando sale en la prensa. Sin embargo, su posición en la cima del hampa no puede durar, ya que él mismo se encarga de su caída cuando asesina a Rinaldo, por encontrar a su hermana Cesca (Ann Dvorak) entre sus brazos. Scarface es un ejemplo de agilidad narrativa y de modernidad en cuanto al enfoque de la historia, en ningún momento se pierde en diálogos innecesarios, ya que se sirve de la imagen para dar la información precisa para comprender al personaje y a su entorno, como ocurre en la escena inicial cuando, en la sombra, Camonte asesina a su jefe, mostrando de este modo su personalidad y sus intenciones, o el globo terráqueo que resume su obsesiva idea de dominar la ciudad (su mundo).

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