jueves, 20 de diciembre de 2012

Clamor de indignación (1947)


Dos años antes de rodar la magistral Pasaporte para Pimlico, su director, Henry Cornelius, y su guionista, T.E.B.Clarke, sacaron adelante una idea que se convertiría en Clamor de indignación (Hue & Cry), comedia que se podría considerar como el origen de las producidas en la Ealing Studios. Cuando estuvo escrito el primer borrador del guión, Cornelius y Charles Crichton se lo presentaron a Michael Balcon, mandamás de la productora londinense, y éste puso la dirección del proyecto en manos del segundo y las labores de producción en las del primero, pero con la condición de mantenerse dentro del escaso presupuesto que se destinó para la realización del film, arriesgado debido al original planteamiento que, remitiendo al expuesto por Gerhart Lamprecht en Emil y los detectives (Emil und die detektive, 1931), proporcionaba el protagonismo exclusivo al grupo de imberbes liderados por Joe Kirby (Harry Fowler). Joe, a quien sus mayores tratan como a un crío, sospecha que las historietas de intriga que lee están siendo utilizadas por una banda de maleantes. La coincidencia entre los tres baúles que observa en la calle y los dibujados en las viñetas provocan su curiosidad; para colmo, el número de la matrícula del camión real resulta el mismo que aparece en el vehículo dibujado. Este hecho inverosímil convence al adolescente para desarticular la banda, aunque su primer intento resulta un fracaso y propicia su contacto con el inspector Ford (Jack Lambert), quien le aconseja que se deje de intrigas fantasiosas y acuda al puesto de frutas de uno de sus conocidos (Ian Dawson) en busca de trabajo. Clamor de indignación mezcla la intriga y la comedia desde un enfoque novedoso para aquel entonces, al centrarse exclusivamente en los avatares de Joe y sus compinches, que deciden ayudarle no por sus palabras, sino por la aventura de actuar como adultos en la resolución del hipotético misterio que se esconde en las historietas creadas por Wilkinson (Alastair Sim), sospechoso en potencia hasta que Joe y sus amigos se convencen de que no sabe nada acerca de la banda de malhechores que utiliza la revista para comunicarse entre ellos, conscientes de que ningún adulto lee la publicación juvenil. Desde el rodaje de Hue and Cry se realizaron (y realizan) películas con exclusivo protagonismo infantil, aún así el film de Charles Crichton no ha perdido ni su originalidad ni su capacidad de entretener desde un humor irónico que muestra aspectos de la sociedad inglesa del periodo de posguerra, donde el racionamiento o las calles destruidas por las bombas forman parte del paisaje por donde deambula un grupo de muchachos al que se unirán todos los niños de Londres.

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