martes, 26 de marzo de 2013

Ánimas Trujano (el hombre importante) (1962)



El productor, director y guionista mexicano 
Ismael Rodríguez quería a Toshiro Mifune como protagonista para su film, por ello abordó a la estrella japonesa en varias ocasiones, hasta que aquel dio el visto bueno y se embarcó en su primera interpretación internacional. Con la intención de dar lo máximo en su actuación, se aprendió el diálogo en castellano, hecho que sorprendió al director, aunque, debido a su espantoso acento, Rodríguez decidió que fuese doblado. Aun así, el responsable de la película no se equivocó en su empeño por contar con Mifune, quien dio vida de modo convincente a un indio zapoteca del estado de Oaxaca, en quien apenas se descubre aspectos positivos y sí muchos negativos. Ánimas Trujano (Toshiro Mifune) vaguea, bebe y juega mientras Juana (Columba Rodríguez), su sufrida esposa, intenta sacar adelante a la familia, al tiempo que se preocupa de que su marido se encuentre mejor consigo mismo, pues cree que si este actúa de un modo tan reprochable es debido a su imperiosa necesidad de ser respetado por sus convencidos. No obstante, Ánimas no se da cuenta de que el respeto que anhela no consiste en alcanzar la mayordomía con la que sueña mientras se emborracha o mientras engaña a su esposa con Catalina (Flor Silvestre), una mujer que sólo le quiere cuando tiene algo de dinero para gastar en ella. La vida de Ánimas se descubre trágica, pues él mismo fomenta su drama como consecuencia de su precaria formación y de su eterno lamento de que nadie le respeta, pensamiento este que nace de un sentimiento de inferioridad que le impide apreciarse a sí mismo o conservar lo poco que consigue, como le ocurre cuando por fin se decide a trabajar y pierde el trabajo tras atacar al hijo del patrón, a quien pilla manteniendo relaciones con su hija Dorotea (Titina Romay). El año que Ánimas pasa en la cárcel, como consecuencia del incidente laboral, posiblemente sea el más feliz para los suyos, ya que su ausencia les libra de soportar su desequilibrio emocional; aunque una vez recuperada la libertad, gracias a la intervención de Juana, vuelve a las andadas.


El resultado artístico de 
Ánimas Trujano (el hombre importante) (1962) fue satisfactorio, tanto para su director como para su actor principal, más allá de la buena acogida que ambos recibieron por parte de la crítica y de que la película obtuviese varios premios internacionales y la nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Pero, aunque este reconocimiento no afecta su calidad, lo cierto es que posibilitó su distribución en Estados Unidos y en otros puntos del globo (en Japón existía enorme expectación para ver a su actor favorito). El guion de Ánimas Trujano se basó en una novela escrita por Rogelio Barriga RivasLa Mayordomía, que el propio Rodríguez y Vicente Orono, Jr. se encargaron de adaptar, iniciando la acción con una explicación que aclara en qué consisten las fiestas de la Mayordomía, y el gran honor que significa ser escogido mayordomo, así como el enorme gasto que acarrea ese privilegio por el cual suspira Ánimas, convencido de que si consigue el nombramiento este le aportaría el respeto y la admiración por parte de sus conciudadanos. Sin embargo, cuando alcanza dicho honor no tarda en descubrir que para los demás continúa siendo la vergüenza del pueblo, y es en ese instante de rechazo generalizado cuando comprende parte de sus numerosos errores pasados y realiza el único gesto generoso que se le observa a lo largo del film.

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