martes, 5 de noviembre de 2013

¿Arde París? (1966)


El éxito comercial de El día más largo (The Longest Day, 1962) animó a realizar otras superproducciones bélicas que pretendía realismo y veracidad a la hora de narrar hechos puntuales acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial. Dentro de esta tendencia se encuentran películas como
 ¿Arde París? (Paris brule-t-il?, 1966), La batalla de Inglaterra (Battle of Britain, 1969) o Un puente lejano (A Bride Too Far, 1976). En todas se descubre la característica común de contar con un elenco plagado de rostros y nombres conocidos, que funcionaban como reclamo para atraer al público a las salas, aunque tanta presencia no oculta las carencias narrativas, quizás las acentúe. Pero en ¿Arde París? no sucede así, puesto que la presencia de los Jean-Paul Belmondo, Charles Boyer, Leslie Caron, Jean-Pierre Cassel, Alain Delon, Yves Montand, Simone Signoret o Jean-Louis Trintignant, por parte francesa, o de los estadounidenses Kirk Douglas, Glenn Ford, Anthony Perkins. Robert Stack u Orson Welles (aunque asumió el rol de cónsul sueco), se supedita a los hechos y a la épica expuestas por René Clément. El film funciona; lo hace tanto en su primera parte, aquella en la que descubrimos la presencia de Gert Fröebe, cuyo personaje es uno de los que mayor peso adquieren a lo largo de la trama, como en el alzamiento parisino. La historia expuesta parte del libro escrito por Larry Collins y Dominique Lapierre, que fue adaptado a la pantalla por Gore VidalFrancis Ford Coppola. En ella se expone la revuelta ciudadana que concluye con la liberación de la capital francesa después de cuatro años de ocupación nazi. La responsabilidad de dar forma cinematográfica al hecho histórico recayó en Clément, capaz de equilibrar las numerosas acciones y personajes que presenta con la épica y la alegría de una liberación tan deseada como la parisina.


¿Arde París?
se inicia pocos días después del atentado fallido contra Hitler, realizado por varios oficiales alemanes el 20 de julio de 1944, cuando la guerra se encuentra en un momento en el que las fuerzas aliadas amenazan con romper las defensas germanas. Ante esta situación, Hitler (Billy Frick) ordena al general von Choltitz (
Gert Fröebe) que asuma el control de París y que evite a toda costa que caiga en manos de los aliados, incluso, si es preciso, destruyéndola. La contextualización histórica muestra un momento en el que el ejército aliado avanza por suelo francés, cuestión que merma la moral de los soldados teutones, que empiezan a comprender que la derrota final solo es cuestión de días, semanas o meses. Esta sería la realidad con la que se encuentra el general cuando asume el mando del Gran París, escenario de la mayor parte de la acción.


En un primer momento, el protagonismo recae en las calles y casas parisinas por donde la resistencia y los habitantes muestran su apremio por recuperar la libertad perdida; mientras, los alemanes aumentan las represalias y ultiman los preparativos para la demolición de la capital. Durante este instante se observan a las distintas facciones que conforman la resistencia, entre las que se encuentra la del coronel Rol (Bruno Cremer), convencido de que el momento ha llegado. Más conservador se descubre a Jacques Chaban (
Alain Delon), que se muestra en descuerdo con el alzamiento porque es consciente de que los aliados no enviarán tropas a París. Una sublevación a gran escala podría acarrear consecuencias negativas, pues la resistencia carece de armas y de apoyo, pero los hechos se precipitan y varios miembros de la resistencia toman la prefectura, las alcaldías y otros puntos estratégicos. Una segunda parte se inicia cuando el mayor Gallois (Pierre Vaneck) abandona la plaza sitiada y accede a las líneas estadounidenses, donde se entrevista entre otros oficiales con Patton (Kirk Douglas) y, finalmente, con el general Bradley (Glenn Ford), quien apoya la marcha sobre París. Quizá esta segunda parte flojee más que la anterior, ya que en ella Clément se centró más en la utilización de imágenes de archivo y en el paso triunfal de las tropas, que apenas encuentran resistencia, por un carreteras y pueblos donde hombres y mujeres festejan que, tras cuatro años de oscuridad, al fin, la ciudad de la luz volverá a brillar.

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